jueves, 27 de octubre de 2016

La Carreta nagua


La gente se siente muertos de miedo cuando oye pasar la Carreta nagua, que sale como a la una de la mañana, en las noches oscuras y tenebrosas.


La Carreta nagua al caminar hace un gran ruido; pareciera que rueda sobre un empedrado y que va recibiendo golpes y sacudidas violentas a cada paso. También pareciera que las ruedas tuvieran abolladuras. La verdad es que es grande el estruendo que hace al pasar par las calles silenciosas a altas horas de la noche.


Los que han tenido suficiente valor de asomarse por alguna ventana y verla pasar, han dicho que es una carreta dañada y floja, más grande que las corrientes, cubierta de una sábana blanca a manera de tolda. Va conducida por una Muerte Quirina, envuelta en un sudario blanco, con su guadaña sobre el hombro izquierdo.


Va tirada por dos bueyes flacos, con las costillas casi de fuera; uno color negro y el otro overo.



No da vueltas en las esquinas. Pues si al llegar a una tiene que doblar, desaparece; y luego se la oye caminando sobre la otra calle.

No saben los indios de Monimbó a ciencia cierta qué objetivo tengan las andanzas de la carreta nagua. Creen algunos que pasa anunciando la próxima muerte de alguien, pues ya se ha visto que al siguiente día de haber pasado, una persona enferma de pronto, se pone «mala» y muere ésa dice la gente que se la llevó la Carreta nagua —por el hecho de que habiendo estado sana, enfermó y murió por el pase de la mortífera carreta.

No son pocos los indios que aseguran que la Carreta nagua no va tirada por bueyes, ni por ningún otro animal. Dicen que camina sola, es decir, por su propia virtud. Pero sea como fuere, la verdad, es que su paso es temido por la gente del Barrio Monimbó; porque les crea un ambiente de incertidumbre y desasosiego; y los hace interrogarse a sí mismos:





«¿Pasará hoy por mí?—¿Estaré listo?»