La hora de salida es entre las ocho y nueve de la mañana cualquier día. Se dice que los duendes son invisibles para los ojos de los adultos, sólo los niños pequeños y los mudos los ven y del miedo se ponen a llorar.
Por eso dicen que nunca hay que dejar a un niño solo porque los duendes se lo roban y se lo llevan a la montaña y lo convierten en duende si no ha sido bautizado, aunque también se dice que los duendes se llevan a los niños ya bautizados para perderlos en las montañas.
Los duendes son como niños de cinco años pero con cara de viejos. Son morenos aindiados, de pelo corto, liso.
A ellos también les gustan las muchachas jóvenes sin casarse. Las invitan a que se queden a vivir con ellos.
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